¡¡¡HOLA A TOD@S!!!
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Ayer regresé a los Madriles y parece que el tiempo que pasé en Barcelona fue un sueño, pero un sueño convertido en realidad... Fue algo, si me permitís un minuto más de cursilería, mágico. Bueno, ¡¿y qué si me gusta un poquito de cursilería?! Todo se pasó tan rápido... Intentaré bajar ya de mi nube y empezaré a redactar como Diox manda.
Ayer regresé a los Madriles y parece que el tiempo que pasé en Barcelona fue un sueño, pero un sueño convertido en realidad... Fue algo, si me permitís un minuto más de cursilería, mágico. Bueno, ¡¿y qué si me gusta un poquito de cursilería?! Todo se pasó tan rápido... Intentaré bajar ya de mi nube y empezaré a redactar como Diox manda.
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El primer día de viaje, un madrugón. Fue cuando me di realmente cuenta de que éramos tres los que al final iríamos a Barcelona. Digo esto porque mi amiga ya me había comentado días antes que viajaría con nosotras una amiga que conocía ella, y claro, yo con el sueño que acumulaba, las ojeras y las bolsas de los ojos de días anteriores no me enteraba de la misa la media... Cogimos el cercanías y el metro hasta llegar al aeropuerto, un trayecto que tardó mucho más de lo que luego tardamos en despegar, volar y aterrizar. Nos separamos por diferencias de compañías aéreas, mi amiga y yo por un lado y la otra chica por otro, pero conseguimos encontrarnos tras un lío de gente que salía de las terminales, cerca de la escultura del caballo gordo de Botero, en el aeropuerto de BCN. Momento de encontrar la calle del albergue, pagar el hospedaje y pasar un día por los alrededores. No hay mucho misterio... Pero nuestra zona tenía mucho encanto, encanto, por cierto, familiarmente bohemio. La chica que nos acompañó en el viaje no se hospedó con nosotras puesto que tenía la casa de sus tíos.
Esta foto es de una postal pero le he dado un aire de foto antigua, me gusta más ;)
Ésta es una de las calles del Barrio Gótico
Ésta es una de las calles del Barrio Gótico
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Segundo día de turismo más en serio por Barcelona. Amaneció con un fresquito que calaba en los huesos. Mi amiga y yo bajamos a la Barceloneta a comer allí. ¡Ay! Ya echaba de menos la playa, aunque no nos bañamos. Antes de eso, nos fuimos de compras por el barrio gótico, ¡y qué compras! Paramos en un mercado de objetos antiguos del que me llevé una colección de 10 sellos y un par de llaves pequeñas, una de ellas la llevo ahora al cuello y la otra en espera de regalar. La verdad es que estuvo muy curioso. También me compré una riñonera nueva, que me hacía falta. Compramos un par de cámaras de fotos de usar y tirar (no nos acordamos de traernos las nuestras, ¡qué despiste!), unas cuantas postalitas y después de comer en la playa cogimos el metro hacia la Sagrada Familia. Ésta vez nos conformamos con verla por fuera. Es verdaderamente asombrosa, imponente, hermosa. La vista se podía perder por intentar ver el final de sus pináculos, adornados todos con diferentes motivos, por lo que parece, frutales. Puro espectáculo visual llevado a la arquitectura... Caminando nos dirigimos hasta la Casa Milá, también la vimos por fuera. Fue entonces cuando vimos que Barcelona es muy cara, incluso en muchas ocasiones para el turista... Quedamos en Maremagnum para juntarnos las tres locas (de cariño, claro) y en el coche del primo de Silvana, la chica que vino con mi amiga Klau y yo, vimos por fuera el castillo de Montjuïc. Sólo estuvimos por fuera ya que llegamos cuando habían cerrado. Otro día durante el viaje nos tocaría verlo. Por la noche, algo de juerga. La posición de nuestro Albergue se situaba en una zona de garitos y bares de copas. Pasamos un tiempo en un bar muy bien ambientado y decorado, con faroles chinos redondos de color rojo y algunos sillones antiguos forrados en terciopelo, o parecido. Se estaba bastante bien con el hilo musical y todo. Aguanté lo más que pude hasta las doce o la una de la noche, no soy nada juerguista...
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Una vista de la Sagrada Familia... Preciosa ella
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Obligación colgar ésta a color!! Merece la pena una vista de Barcelona desde el castillo de Montjuïc
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Tercer Día: ¡¡¡SALÓN DEL CÓMIC!!! Por la mañana tempranito, Klau y yo cogimos de nuevo el metro hacia Espanya. ¡¡¡Qué salón más grande, Diooox!!! Una cola de frikis como nosotras de un kilómetro de largo, y no exagero. Por dentro era inmenso, lleno de stands de todo tipo, de varias exposiciones, distintas actividades programadas... En resumen, ¡una auténtica pasada! Nos tiramos prácticamente 5 ó 6 horas viéndolo todo, además de pasarnos a ver a los chicos del fanzine Rantifuso y a uno de los colegas de Produkziones Infinitas y Atumoe!. Compramos ahí unas cuantas frikadillas y algún que otro fanzine de nuestros amiguetes y pa’l albergue a descargar la valiosa mercancía. Dimos alguna que otra vuelta con Silvana y su primo por un bareto heavy de nuestra zona, muy chulo. Subimos al Tibidabo a ver unas espectaculares vistas de Barcelona y Santa Coloma. El parque de atracciones estaba cerrado, parece que allí tienen la costumbre de recogerse temprano en estos lugares, como también le ocurre al castillo de Montjuïc, pero las vistas aéreas compensaban muchísimo más que nada en aquel momento. Por la noche, Klau y Silvana se marcharon a pasar unas horas de farra mientras yo me quedé en el albergue. Lo dicho, no soy juerguista y necesitaba dormir, aunque me quedé un rato leyendo algunos de mis fanzines.
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Fotiño familiar en el bar heavy (aunque no se vea muy bien que es heavy...). De izquierda a derecha: la menda, Klau y Silvana)
Cuarto y último día, la triste despedida. Teníamos que dejar pronto el albergue para no pagar una noche más. Klau y yo pasamos la mañana en la Barceloneta. Empezaba a hacer más calor conforme iba llegando el mediodía, un calor de los que te podían dejar roja como un cangrejo. Klau se tiró por la arena a dormir como una gambita. Estuvimos ese día haciendo tiempo para llegar al aeropuerto más que nada porque el vuelo salía a las 9 de la noche... Así que comimos en un buen bar-restaurante donde por fin comíamos cosas que no eran pizzas del Telepizza o Pizzahut, entre otras delicatessem de la comida basura, y nos dieron para picar unas rebanadas pequeñas de pan con tumaca (ya me informaré de cómo se escribe). También nos compramos unas chapitas frikis en una tienda modernilla, la dependienta fue muy amable. Tras recogernos Silvana y su primo en coche nos dirigimos todos al castillo, esta vez abierto, para verlo por dentro. No llegamos a pasar al museo, vimos unos cuantos de sus cañones metálicos y nos fuimos a la Sagrada Familia. Aquí si que pudimos entrar, pero no sirvió de mucho. Hablando con su madre por el móvil, Silvana le decía: "Mamá, ¡¡¡HEMOS PAGADO OCHO PUTOS EUROS PARA VER UNOS PUTOS ANDAMIOS!!!" Personalmente, pienso igual que Silvana, de hecho para mí gana mucho más en el exterior. Por lo menos no parecía que hubiesen tantos andamios... Después de salir, seguidamente al aeropuerto. También regresaba Silvana con nosotras pero cada una con su compañía. Aunque tuve unos momentos en los que la cadera me dolía unas veces más que otras acentuándose más por las caminatas, que no estaba del todo curada de mi resfriado y las veces en las que me contenía de los nervios por cualquier cosita, entre algunas pequeñeces por el estilo, fueron unos días estupendos. Pero todo lo bueno se acaba tarde o temprano y esa misma noche, sin comerlo ni beberlo, regresamos a casa.
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Mis zapatillas del viaje... horriblemente sucias
Aquí sigo haciendo el chorra en la calle de mi barrio con la cámara
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Seguro que me dejo algunos detalles en el tintero, es imposible acordarse absolutamente de todo, pero a pesar de eso fue algo maravilloso, algo mágico... Chic@s, ¡¡¡TENEMOS QUE REPETIRLO AL AÑO QUE VIENE!!! Y ojalá seamos más gente para la próxima vez ;)
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¡Hasta pronto!
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P.D.: Ya pondré por aquí más fotitos del viaje. Las tengo en las cámaras desechables, así que las llevaremos a las tiendas fotográficas y listo. Dew, chavales!
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P.D. 2: ACTUALIZACIÓN DE FOTOS!!! Aquí os dejo una selección de todas las que teníamos en una de las cámaras desechables.
Próximamente (o cuando se pueda), habrá mássss...