Días malos los tenemos cualquiera...

Y tristes también. A mí me ha pasado más bien lo segundo. Supongo que en parte es porque es (o dentro de nada dejará de serlo) lunes. Hay veces que odio los lunes, no me hacen mucha gracia y no nos llevamos demasiado bien. Hoy no he podido evitar recordar de nuevo, recordar algo que no quiero, pero la realidad es demasiado aplastante y vuelve a darme de lleno en toda la cara. No, no es un algo que me haya pasado a mí sino a otra persona. Hoy he hablado por teléfono con una chica que me dio clases particulares para ayudarme con las matemáticas, física y química y dibujo técnico de la E.S.O., hace mucho que no sabía de ella. Y hay algo que me entristece especialmente, ya que se le ha complicado la vida de tal forma que pronto puede que un cáncer se la lleve por delante, y cuando digo pronto me refiero en cuestión de unos meses. Esta noticia, por llamarla así, ya la conocía de hace tiempo, por eso lo de no volver a recordarlo... Lo bueno y que he podido comprobar es que se la ve radiante, sigue siendo joven en todos los aspectos y eso me tranquiliza, pero no es suficiente. Intento no pensar en ello, quizás soy demasiado sensible pero si vuelvo a recordarlo me vengo abajo... Me dijo que volvería de Argentina para hacer una visita, tengo muchas ganas de volver a verla... En cualquier caso sé que, ocurra lo que ocurra, la deseo y la desearé siempre lo mejor, que ojalá siga adelante, y que se cumpla su deseo de, al menos, poder ver a su pequeña hacer la comunión.

Fuerza.